Llegando ya casi a la etapa final de mis dos años. No podía evitar sentirme frustrado por todas las situaciones que posiblemente iban a ocurrir la mañana siguiente. Para muchos, un día más del año; para la gente que me rodea, un día muy especial donde pueden bailar, tomar licor, enterarse de la vida privada de los otros y todo con el brillante pretexto de la celebración de mi cumpleaños. Si mamá estuviese viva, sin duda todo sería diferente.
Tal vez por ser un niño de plástico diferente a todos los demás, nunca pensé en el mero disfrute de la ocasión, y muchos menos de los regalos que me obsequiaban en esta. La verdad, es que sólo buscaba en últimas su utilidad en mi vida sintética. Pero a seis horas de cumplir tres, sentí como comenzaban a soplar contra mí vientos de cambio, que trataban convencerme de hacer correr más rápido la silicona líquida que fluye por mi ser. Me decían -cual Pepito Grillo- que buscara un poco de entretenimiento y disfrutara mucho más de los placeres de la vida.
Y entendía perfectamente lo que oía porque la vida de la gente del común puede llegar a ser muy corta -días, horas, tal vez segundos-. Sin embargo, si eres un personaje de colección –como mi padre- puedes alargarla por décadas. Tu vida marchará como si estuvieses en medio de tres paredes de cartón y una ligera capa de plástico, pero vives, si así se le puede llamar a eso. Lo frustrante es que nadie puede escoger entre nacer cubierto de polietileno o de un fino policloruro de vinilo, así que lo mejor era disfrutar mi vida como gente del común.
El ambiente estuvo enrarecido por un olor penetrante la mañana siguiente. Sabía que mis obsequios ya estaban abajo. Olían demasiado. Quién sabe cuanto tiempo habían estado empaquetados.
Mientras me retorcía en mi cama, entró papá en mi habitación con una amplia sonrisa que se le escapaba de la larga y espesa barba de nailon que siempre lleva. Inmediatamente me detuve y fingí estar todavía dormido. Por lo que alcance a observar lucía muy bien para la ocasión. Llevaba el ropaje hecho de excelso poliéster que solo usa en fechas memorables. Pronto sentí como se posaba en el borde de mi cama y sin esperar dos segundos me abrazó y dijo con su voz de tambor:
─ Despierta hijo. Hoy es tu día.
─ Buenos días padre, dije, ¿Cómo amaneces hoy?
─ Estaré feliz si bajas y me dices que te gusta la sorpresa que te he preparado.
Le dibuje con la mirada las dudas que tenía sobre lo sorprendente de su regalo, mas sin embargo no entendió el mensaje y siguió con su juego.
─ ¡Ya muchacho! ¡Levántate y baja! ¡Feliz cumpleaños! Gritó dichoso.
Cómo pretendía sorprenderme. A todos los niños siempre nos regalan lo mismo y sabía que me iba tocar fingirle. A pesar de todo no quería verle triste.
Nos dispusimos a bajar las escaleras. Caminé yo delante de él imaginándome como podría estar golpeando sus pulgares uno contra el otro por la ansiedad de conocer mi reacción. El olor se intensificaba con cada paso que daba. Mientras una pregunta giraba en cabeza: ¿Será que los adultos no se dan cuenta de lo predecible de sus actos? Me resulta difícil explicarles sin herirles.
Tomé la caja de acrílico de la lujosa mesa de centro. Quité suavemente el moño rojo que llevaba y la abrí ejecutando mi mejor papel protagónico en película dramática.
─ ¡Un muñeco humano!, Grité procurando cortar del tono el “ya lo sabía”.
Mis deseos de hacer mi vida algo arriesgado y emocionante salieron volando cuales tierrelitas asustadas.
Giré y abracé fuertemente a papá. Él acarició mi cabeza y me preguntó muy calmado como queriendo ratificar sus impresiones:
─ ¿Te gustó, verdad?
¡Qué predecible!. Lo miré con cierta mortalidad a los ojos, él levantó sus tupidas cejas negras casi dos centímetros y no supe como darle una respuesta negativa a esa expresión llena de esperanza.
─ Sí padre, me gustó mucho. Respondí con cariño sin saber si me estaba creyendo.
Y en cuanto se disponía a sonreír, le interrumpí.
─ ¿Podrías pensar en mí por un momento padre? ¿Pensar en todo lo que tengo que hacer con este muñeco humano? Para empezar, debo bañarle y luego gastar mi dinero en jabones, desodorantes y pastillas para regular su constante producción de metano. Cuando vaya a jugar con mis amigos siempre será imposible. Comenzará a buscar motivos para estar en guerra con los muñecos humanos de ellos. Y si se le antoja, les rebelará las confidencias de nuestro hogar, haciéndome sentir como una rareza. Muy pronto entrará en celo y aunque no lo este, podrá tener familia sin verdaderamente desearlo. Destruirá todo a su alrededor, tal y como lo vienen haciendo los demás muñecos humanos. Y por si fuera poco, nunca estará conforme conmigo. Entonces, me tocará arrancarle la cabeza, para ver así, si los demás escarmientan y dejan de ser tan infames. Sabes papá, por eso yo, los prefiero de madera.
Mi padre me miró de soslayo y sorprendido. Por un instante pensé que iba a comenzar a reír, pero no, no lo hizo. Solo dio media vuelta y mientras yo miraba su espalda dijo:
─ Niños.
QUOTE
ResponderBorrarNUNCA DEJES DE SER UN NIÑO. SI QUIERES USA TU MÁSCARA DE HOMBRE SERIO PARA PROTEGERLO DEL MUNDO. PERO SI PERMITES QUE ESE NIÑO DESAPAREZCA, HABRÁS CRECIDO Y ENTONCES SERÁS HOMBRE MUERTO
Richard Bach.
QUOTE
ResponderBorrarTodos los niños crecen, excepto uno.
-JM Barrie. Inicio de Peter Pan.
Podrìa ser yo. Se los Juro.
Cuan dadivosa resulta la extraña sensasiòn de poder mirar a los ojos y no temer encontrar lo que buscamos, he aqui la esencia de lo que enmarca como lo que soy.... Sientete grande, si de esta "virtud" acreedor eres . No es asì Broooo?!!!!....
ResponderBorrarYo/Panther.
Es largo tu escrito, pero no deja de ser interesante, cuando leo blogs suele pasarme que en mi mente no encaja lo escrito con la imagen q ue tengo del Autor y me doy cuenta cuanto difiere la imagen que tenemos de las personas de lo que realmente son.
ResponderBorrarSabes algo yo tampoco quiero dejar de ser niño.
quieres una respuesta?... tal vez quien deba leerlo seas tu, haslo y luego reescribelo.
ResponderBorrarYo/panther
En cambio yo, he decidido nunca dejar de ser una niña. El ser niño, es una decisión que toma el alma cuando ésta se descubre a si misma..
ResponderBorrar..Weno. yo no creo que deje de ser niña. el problema es que soy demasiado dulce para los niños y puedo resultar empalagosa... pero me queda el consuelo de que hay niños que le encantan los dulces.... jajajjajajaa! juass!!
Disculpen... esta es la imagen que no he podido mostrar a la luz de este mundo de plastico y shit.
ahhhhhhhhhhh..
PD: A proposito, les cuento que mi F5 se esta componiendo un poco... asi que hay nuevas actualizaciones en mi blog!! jejee!
realmente trate de buscarle un significado con tu existencia, y no encontre respuestas muy claras, pero si me contestas que solo querias demostrar una vez mas tus habilidades narrativas me lo tragare, a sabiendas que por algo lo hiciste...
ResponderBorrarpueda ser que te parezca muy raro mi comentario, vos sabes que es en serio... cuando lo vuelva a leer , lo realizare sin pensar que tu no eres el autor...
por veces se desea ser niño, pero muchas veces más no quisiera repetir mi niñez.