julio 09, 2012

A TABACO Y MEDIO.




 
La verdad no somos más que números. Somos un colectivo de medidores y medidos que no puede dejar el vicio de cuantificarse para ser y subsistir. Vamos altivos por la vida portando una vara calibrada bajo circunstancias subjetivas que nos llena de atribuciones arbitrarias y además nos inviste de jueces de moral sesgada, estrecha. Así transcurrimos, comparando todo con patrones burdamente seleccionados y priorizados, cada vez más convirtiéndonos en una sociedad de ciegos que sólo distingue aquello con lo que desea equipararse.

De todas formas me convenzo, sobre la marcha, de que cualquier día es oportuno para empezar a medir la viga de concreto que tengo en el ojo y que a veces me cuesta ver o simplemente no quiero notar. Le sigue costando a mi ojo mirar hacia dentro, por lo que sólo necesito frenar el día en seco para revelar, entre otras disconcordancias de número, cómo vivir en extremos hace crecer una brecha abismal entre los cumpleaños que se acumulan y cuán madura es la relación entre nuestros pensamientos y sentimientos.

Atisbando alrededor, reconozco cuerpos decrépitos sirviendo de posaderos a mentes cuyas personalidades necesitan regresar a los párvulos de María Montessori y no precisamente por ser la esperanza de la humanidad, sino para intentar resucitar en ellos sus instintos de libertad. Y allá por otro lado, a tabaco y medio, yo, no tan subjetivo del todo.

Determinado por mi cuerpo agotado y una mente que ha recibido tanto en tan poco, ahora tengo a mi disposición todo lo necesario para estar en plenitud. Un joven fatigado pero consciente de lo que me hace ser feliz, pero cansado. Si mi madre llegara a leer estas afirmaciones seguro no pararía de burlase de mi. Sin embargo, esto no es ilusorio. Tengo razones ilógicas y algunas de mis apreciaciones están apoyadas en mi sentido poco común. No es fácil ser diferente y vivir sin quejas. Sí, cuesta un poco pero reconforta ser dueño de una mente que divaga, procrastina, una mente multitarea habituada a ejecutar y cumplir planes cortoplacistas, un tamiz de necesidades que abstrae ideas irreverentes de sopas de letras cocidas a fuego medio. Un agente que trasmuta ideales etéreos a sólidas acciones fortalecidas con disciplina.

Lo sencillo es quitar de tus ojos llenos de miedos y obstáculos tantas telarañas retejidas por el sufrimiento, decepciones e injusticias presenciadas y sentidas. Quizás el reto es poder escapar del tiempo, reconocer que nada termina realmente hasta que deja de incomodar. Que es en vano pensar que todo es eterno, no podemos salir de la rueda y sobretodo reconocer que se pueda dejar de repetir nuestras historias una y otra vez. Basta con dejar de redimir las cargas del pasado y sólo seguir actuando.

Lo difícil es dejar de ser carne fresca para los caníbales capitalistas, dejar de ser idolatras del éxito y del cómo debemos lucir para aparentar ser exitosos. Suprimir las ansias por acumular sentimientos y cosas que no son vitales. Comenzar a ser prácticos y así disfrutar de cosas simples y de todas las existencias sencillas. De lo obvio a lo útil, de lo imposible a lo complicado, de la deuda a la inversión, sin olvidar que siempre hay que empezar por lo más fácil.

La meta está en comenzar a ser adjetivo y cada vez menos un número, así todos tus conocidos y desconocidos se te vengan encima. Debes saber que la mayoría comenzará a desconfiar de ti y tu plenitud. Supondrán que posees una máscara y cada vez más desconocerán que has aprendido a sonreír. Aún así, levantemos ampolla, reír. Aunque sean tiempos adversos y seas medido constantemente, ser agradecido como el monte que reverdece con unas pocas lluvias. No dejar de ser. Ser uno, el apropiado, aun siendo miles distintos en los otros.


"And we are the ones that want to choose

Always want to play but you never want to lose"
Aerials -SOAD




Foto: You just don't measure up

2 comentarios:

  1. Lo mejor que te he leido, quizás por lo que vivo hoy o quizás por lo que vives hoy... Gracias por compartirlo...

    ResponderBorrar
  2. El escrito que nos presentas me parece de suma relevancia en nuestros dias, ya que somos presa de los demas que nos suman como una herramienta que solo sirve para producir dinero, para la utilizacion del hombre por el hombre. En nuestro camino cotidiano tambien nos encontramos con que dejamos de ser nosotros mismos para empezar a ser a imagen y semejanza de lo que otros piensen para que nos den una aprobación. Dejamos de vivir nuestra vida y nos sumamos a la categoria de los que ven la vida a traves de mascaras que en últimas nos hacen infelices, llenos de temores, prejuicios y viciosos pensantes inmiscuidos dentro del modelo consumista que le importa la vanidad, nos distrae con realitys y cosas bobas para que nos despojemos de lo que realmente nos reviste como seres humanos: como lo son los valores y la importancia del ser humano como un todo integral y no como aquel del que puedo sacar algo para el beneficio propio.
    Gracias nuevamente por tu lectura del cotidiano.

    Att: julio peraza

    ResponderBorrar