agosto 16, 2006

SOLEDAD DEL AMANTE


La tensión del ambiente me alerta sobre la llegada del momento. Sin embargo, resulta extraño no escuchar los tres golpes que fuertemente da a la puerta para anunciar -con esa imponencia que le caracteriza- su llegada a casa. Ya han pasado cinco minutos después de las doce y parece que todo y nada está a punto de suceder. Me gustaría hacerme a la idea que hoy todo en mi vida cambiará, pretender que esta nueva madrugada no será la misma de ayer, tatuarlo en mi entendimiento. Desearía que estas extrañas ansias,  esclavas de la oscuridad, resucitadoras de viejos vicios, absurdas ansias que ni ahogan ni avivan cosa alguna, no me hagan recordar ese sonido particular que tiene su respiración mientras duerme. Pero la siento o  imagino que la siento, no es claro. En este punto del insomnio las cosas no son claras del todo... Aún no sé cómo poder evitarlo, en esta habitación la recreo, la deseo.


Sigue el ventilador zumbando y esta cama parece hacerse cada vez más pequeña. Es inevitable que minuto a minuto su presencia se apodere del todo y de la nada que su ausencia deja siempre en mi habitación. No demorará en caer toda esta enrarecida atmósfera sobre mi ancha espalda y aunque en realidad ya experimento cómo me aplasta, aún no sucede. Sólo es temor, supongo. Este miedo juiciosamente cultivado por todos mis deudos con su constante decir que estoy sembrando en tierra estéril. Pero ellos no te conocen, ninguno como yo. No saben que aunque tarde, siempre llegarás a encerrarte conmigo para darnos contra estas paredes. Ignoran que sólo con las estrellas apareces para atormentarme con el brillo cegador que le robas descaradamente a ellas. Arribas con la impúdica misión de no dejarme ser, con la sigilosa intención de reírte de mí mientras guardas silencio, ese silencio que no sabe vivir con el mío. No alcanzan a imaginarse lo fiel que eres. Tú mi melancólica y cumplida soledad, que llamas a mi puerta todas las noches cuando ella con su esposo se va a descansar… por siempre… tú.

MIHI IPSI SCRIPSI



Foto: Room 38

7 comentarios:

  1. Solamente ella, la soledad, te recibe siempre con los brazos abiertos cuando la compañía insulsa de los otros se desgasta o te desgasta. Cuando no pudes tener la compañía de ELLA, la otra aparece y entonces, paradójicamente, no estás tan solo.
    Suena estúpido...sólo es cuestión de darle vueltas en la cabeza al asunto.

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  2. Por desgracia la soledad está tan sola como tú, o como cualquiera que se precie de ser su amante favorito... es una mujer hermosa sin duda, y anciana, muy anciana y peligrosa, como todas las mujeres, manipuladora y ambiciosa, no busca reconocimiento, sólo poder... un inefable y absurdo poder sobre las mentes de los hombres melancólicos...

    Saludos,

    Ángela

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  3. este es un apoyo atrasado para la idea de ir al Cafe del Parque...

    porque no hacemos un club de bloggers???

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  4. Bigollo, impresinando con sus letras... no me asombra que me asombre!

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  5. He vuelto mi gran amigo!.
    Despues de un traspié.
    Me alegra saber que estas vivo no me friegue!! y me alegra saber que vas a estar muy bien!!

    besos..
    La musa

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  6. Por mucho tiempo me pregunte si la soledad era amiga o enemiga nuestra, pero todo depende de la actitud con que asumamos su "compañia".

    En fin, es indispensable q cada ser humano tenga encuentros (ojala constantes) con este "ser" que en algunos casos causa o viene con un sin sabor, pero que a la final te muestra cosas de ti, tal y como el espejo no te lo dice.

    Gracias mi amigo Bigollo por tu Caos.

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  7. Excelente, este autor tiene un gran talento que me estremece cada fibra de mi ser, él será un buen amante?, aun me falta conocerlo para desnudar mi mente y desnudar la de él.

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