En el principio todo era nada,
no habían dioses
que pudieran hacer algo por mí.
Indistinto deambulé
entre mierda fresca y frutas secas:
todo era repugnantemente dulce.
Este par de pesadas alas
me guiaban sin prisa
a los más claros y fríos recovecos.
Nunca ocurría nada
aunque parecía estar a punto.
Era una paz prolija,
porque no había nada que perder.
Así era en el principio...
antes que tu luz azul me cautivara
y decidiera inmolarme en ella.
que pudieran hacer algo por mí.
Indistinto deambulé
entre mierda fresca y frutas secas:
todo era repugnantemente dulce.
Este par de pesadas alas
me guiaban sin prisa
a los más claros y fríos recovecos.
Nunca ocurría nada
aunque parecía estar a punto.
Era una paz prolija,
porque no había nada que perder.
Así era en el principio...
antes que tu luz azul me cautivara
y decidiera inmolarme en ella.
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