octubre 12, 2006

CIELOS GRISES SIN ELLA

SERIE:HISTORIAS PARA CONTAR MIENTRAS SE BEBE.

A todos mis amigos gracias por escuchar.

Era media mañana, supongo. Aunque las manecillas del reloj señalaran las nueve y media, y el sol -como de costumbre- irrumpiera por la ventana que medio cubre una vieja cortina en mi habitación, no estaba seguro. Y no era para menos, amigo.  Medio yo estaba despierto y con un solo ojo la entreví medio desnuda sentada a mi lado.  Era su presencia que aún merodea la mitad de la cama que alguna vez fue suya. Era su divina esencia que todavía sin quererlo medio toca mi alma y que por si fuera poco, logra convencer a la tristeza que invade mi cuerpo para que salga huyendo con una fuerza estrepitosa por mis ojos.

- Hasta el fondo por el destino. ¡Salud!

Sigo extrañándola, seguro. Añoro encontrar la media taza de tinto que dejaba sobre la cocina para que la bebiera medio caliente cada mañana. Me conoce bien. Sabe perfectamente que eso y sus besos –esos besos, medio lujuriosos, medio inocentes – logran arrancar mi otra mitad de la cama; esa mitad mía, que siempre deseaba seguir soñándola, sintiendo su delicado cuerpo acunado en medio de mi pecho y buscando sin descanso su boca en medio de tanto sosiego.

- ¡Mesero, mesero! Una canción de Kaleth Morales, por favor.

Como le decía hermano… la mitad de mi vida está vacía, lo reconozco. La otra mitad la siento medio llena, o tal vez medio vacía; al ojo del común podría parecer igual, pero si lo miramos bien no es así y nunca lo será. Me atrevería a llamarla y preguntar por su vida. No la suya, la de ella. Quisiera indagar por aquella vida que comienza a vivir cuando el sol está medio ausente y la luna está allí para recordarle que todavía existo en la mitad de algún lugar de este medio mundo en el que vivo yo. Me gustaría escudriñar y descubrir en las palabras que salgan de su boca lo que esta vida significa para ella.

- ¡Viejo!, ¡Hey Viejo! ¡Dos más!.

La vida es un montón de juegos que quisiera vivir con ella; nunca será lo mismo sólo, pues los niños como yo siempre necesitan compañía para tapar las mitades del sol con los dedos. La vida es una combinación de recuerdos que no podremos borrar porque son la mitad de lo que somos si pretendemos seguir viviendo. Pero amigo, le confieso que no se si podré continuar sin ella, así como estoy, a media marcha, a medio respirar, medio tenerla solo en mis pensamientos, con las ansias de fumar medio cigarrillo mentolado cada media hora, medio masturbándome frente al ordenador con menos de la mitad de una película porno, y después como si fuera poco, escuchar media nota de una canción inconclusa que trae la mitad de la vida que tuve con ella a mi presente frío y de cielos prefabricados pintados de gris. No, no se puede así, pues la vida es este momento en que te estoy hablando de ella y muriendo en pena, y medio vivir así no es realmente vivir, no.

- ¡Basta!, Cambiemos de historia. Que aunque te exorcice, siento que todavía te hace mal hablar de ella. ¡A su salud!

MIHI IPSI SCRIPSI 

2 comentarios:

  1. En ocasiones parece que la ausencia de alguien diera más sentido a la vida que su presencia. En ocasiones, la ausencia de ese ser otorga una razón para vivir. En ocasiones no queda más que vivir por esa ausencia...hasta que definitivamente te exorcises.

    Licho.

    ResponderBorrar
  2. como yo se que en realidad, cualquier cosa que que te diga no va exorcisar su ausencia, te recomiento el billete de 500 pesos lo guardaba para este día.

    tu vales mucho con ella, o con las otras, la bufalo, la profesora o célibe...

    Revisa el mail.chars

    ResponderBorrar