A Quienes Le Ha Tocado Abrir Una Prueba de Gravidez En Suero.
Hoy desperté una vez más creyéndome un dios caprichoso capaz de jugar con la vida de las personas que podría apreciar más. Me siento capaz de crear una asignatura apreciable en un suspiro de amor y también lo suficientemente pasional para jugar a ser un titiritero de la muerte. Hoy desperté con la espalda cargada de tareas arrendadas donde me toca decidir si alguien dejará el mundo sin siquiera haberlo disfrutado.
Por unos instantes había olvidado que tengo una manzana podrida atorada en la garganta y una semilla germinando dentro de mi entendimiento. Ayer me acosté con ellas y esta mañana su lucha parece de nunca acabar. Con la firme intención de remover las profundas raíces de la semilla en crecimiento, la manzana afecta mi voz cada vez que me hablo al oído. Hace que me hable fuerte, sin piedad y con cinismo. La semilla -no tan tonta- ata fuertemente sus cortantes raíces en mi cerebro para luchar contra las diabólicas intenciones de la manzana, dejándome fatuo y atormentado segundo a segundo.
Yo lo quiero… o tal vez no. No, creo que sí. Los primeros rayos del sol me invitan a tomar una decisión casi divina, casi terrena. Escuchar los pasos de gato de mi mamá en mi habitación me recuerda que de estas sábanas sudadas se levantará un juez caprichoso que dará su sentencia anticipada a los hechos: un sí a la vida o un sí a la muerte. Hoy no servirá mi tendencia a buscar siempre punto intermedio.
Y entonces comencé a imaginar una realidad sin sentido. Aferrado a mi vieja almohada cuestionaba, si acaso, no sería interesante y más sencillo existir sin pensar. Solo pensaba en la idea de llevar las cosas a la ligera sin tener que encontrarles sentido a ninguna de ellas. Solo sería dar paso tras paso y pasar de estar a ser, de ser a vivir y luego vivir libre.
No estoy seguro de poder alcanzar la ataraxía, al menos hoy no. Pero, ¿será que estoy pensando más allá del dinero que necesito?, ¿del arduo trabajar de cama a cama para lograrlo, y del poco sexo que tendré por estar cansado?, ¿de esto que me dicen que es bueno, de aquello que tachan y desprecian por ser malo?… acaso ¿estaré deambulando en todo mi ser material?. Con seguridad necesito de esto para vivir y dar vida, y hoy no lo tengo. ¡Dioses y demonios! ¿Será que no existe forma de separar a está maldita manzana de la semilla que habita en mi cabeza? Y de no saber que esto es tinta perdida gritaría, me lanzaría desde un precipicio o tal vez solo no gastaría aire en otro suspiro de esperanza.
Heme aquí, solo de nuevo. He vuelto al principio, lleno de todo y nada. Heme aquí, solo soy un anacoreta sedicioso, un actuante inocuo más no ingenuo. Algunos piensan que soy perspicaz, sin embargo, hoy no logro descubrir alguna cosa que ayude a decidirme entre ser un Demonio o ser Santo. Hoy no encuentro otra luz más brillante que ese papel azul que me dirá que caminar tomar. Maldita luz que ha sido la causante del nacimiento de la manzana y la semilla.
Por unos instantes había olvidado que tengo una manzana podrida atorada en la garganta y una semilla germinando dentro de mi entendimiento. Ayer me acosté con ellas y esta mañana su lucha parece de nunca acabar. Con la firme intención de remover las profundas raíces de la semilla en crecimiento, la manzana afecta mi voz cada vez que me hablo al oído. Hace que me hable fuerte, sin piedad y con cinismo. La semilla -no tan tonta- ata fuertemente sus cortantes raíces en mi cerebro para luchar contra las diabólicas intenciones de la manzana, dejándome fatuo y atormentado segundo a segundo.
Yo lo quiero… o tal vez no. No, creo que sí. Los primeros rayos del sol me invitan a tomar una decisión casi divina, casi terrena. Escuchar los pasos de gato de mi mamá en mi habitación me recuerda que de estas sábanas sudadas se levantará un juez caprichoso que dará su sentencia anticipada a los hechos: un sí a la vida o un sí a la muerte. Hoy no servirá mi tendencia a buscar siempre punto intermedio.
Y entonces comencé a imaginar una realidad sin sentido. Aferrado a mi vieja almohada cuestionaba, si acaso, no sería interesante y más sencillo existir sin pensar. Solo pensaba en la idea de llevar las cosas a la ligera sin tener que encontrarles sentido a ninguna de ellas. Solo sería dar paso tras paso y pasar de estar a ser, de ser a vivir y luego vivir libre.
No estoy seguro de poder alcanzar la ataraxía, al menos hoy no. Pero, ¿será que estoy pensando más allá del dinero que necesito?, ¿del arduo trabajar de cama a cama para lograrlo, y del poco sexo que tendré por estar cansado?, ¿de esto que me dicen que es bueno, de aquello que tachan y desprecian por ser malo?… acaso ¿estaré deambulando en todo mi ser material?. Con seguridad necesito de esto para vivir y dar vida, y hoy no lo tengo. ¡Dioses y demonios! ¿Será que no existe forma de separar a está maldita manzana de la semilla que habita en mi cabeza? Y de no saber que esto es tinta perdida gritaría, me lanzaría desde un precipicio o tal vez solo no gastaría aire en otro suspiro de esperanza.
Heme aquí, solo de nuevo. He vuelto al principio, lleno de todo y nada. Heme aquí, solo soy un anacoreta sedicioso, un actuante inocuo más no ingenuo. Algunos piensan que soy perspicaz, sin embargo, hoy no logro descubrir alguna cosa que ayude a decidirme entre ser un Demonio o ser Santo. Hoy no encuentro otra luz más brillante que ese papel azul que me dirá que caminar tomar. Maldita luz que ha sido la causante del nacimiento de la manzana y la semilla.
MIHI IPSI SCRIPSI
mejor... mucho mejor.
ResponderBorrar¿Br, te haz dado cuenta que cada vez recorres mas rapido el camino del eterno retorno?.
Prueba hacer lo que escribes y no escribir lo que haces, claro que aunque esto casi nunca pasa, solo prueba, es una especie de nueva forma de dormir pero para descansar el alma. "Eso si tal cosa existe".
Br.